martes, 30 de diciembre de 2014

Haciendo balance

En estos  últimos días del año a todos nos da por sentarnos y echar 365 días de mirada atrás para procurar traer a nuestra retina lo mas destacado de lo vivido durante este año que ya se aferra a unas pocas horas.

Para mi ha sido el año del Tsunami. Del desprenderse para poderse encontrar.

Empezamos el año  con un terremoto de sentimientos y decisiones que han puesto a prueba la fortaleza y la capacidad de las personas más  necesarias en mi vida, de reinvertar una nueva forma de mirar la vida, una nueva etapa, un nuevo hoizonte.
Tras cada tormenta, como bien se sabe, siempre sale el sol… su calor nos trajo calma y serenidad. El dulce verano siempre añorado por fin llegó.

El otoño me propuso libertad… Deja que todo vuele, me susurró el atardecer de septiembre. Y de esta forma solté amarras que jamás pensé por miedo a la soledad. A cambio, abrió las puertas de mi vieja fe dormida…. El privilegio el volver a sentirme arropada por Su presencia.
También, me hizo desnudarme frente al mundo,  mirarme frente a frente en el espejo. Asi soy. Así quiero ser.


No sé qué vientos traerá el año que ya empuja fuerte. Que alegrías, sorpresas, tristezas y desengaños se enredan en ese calendario… Solo sé que las espero con ilusión, fortaleza y esmero.

jueves, 18 de diciembre de 2014

La teoría del no esfuerzo


En esta parodia nacional nuestra, llena de payasos, fieras corruptas
 y presidentes que en vez de gobernar juegan al “y tu más” como niños de  parvulario, aparece en escena otro personaje no menos teatrero pero si más  listillo.

El que dicen que mola más, el pequeño Nicolás.

Muy seguro de si mismo, nuestro pequeño gran hombre se jacta de ser invitado, e incluso miembro, de las altas esferas sociales, llegando a participar en grandes decisiones que afectan a mi querida y maltrecha España.

Hoy, indignada, me abofetea el noticiario diciendo que este 
pequeño mequetrefe falsifica su DNI, ya no solo para colarse en la proclamación del Rey Felipe VI, que bueno, a estas alturas de siglo tiene su aquel, si no que también pago y falsificó documentación para presentarse a los exámenes de selectividad.

Aquí, tal vez, las tonterías de este tonto se burlan tanto de mi 
condición perpetua de aprendiz del saber como del esfuerzo que toda prueba escrita, oral o como sea a las que muchos nos enfrentamos para dar un paso adelante en nuestra vida.

Me repatea saber que un pardillo se cree importante sin haberse 
esforzado en nada, cuando hay miles y miles de chavales que esos primeros días de verano y sol ponen todo su empeño, sacrificio y esfuerzo en estudiar para esos tan temidos exámenes de selectividad donde mediante mayor o menor nota y nervios a pruebas de bombas corren suerte muchos de  sus sueños y proyectos de futuro.

A este niñato pijo que va pregonando por todos lados que es 
miembro de la inteligencia española yo le pregunto   

 ¿Donde tu quieres llegar

Sin esfuerzo y sin nà?